Un sueño curioso 3.

El Pais de las Brujas.

Por un momento, me ví envuelta en una nube de confusión; estaba regresando a casa mientras pensaba de qué manera habia sucedido aquello. El Umbral de Lilith.... sitio de hechiceros.... entonces, Astharet no era lo que yo creía que era. Y de donde demonios había salido esa voz? Esa voz que me dió la respuesta correcta a la pregunta de la sabandija que me asaltó. Llegué a la puerta de la casita, aun seguía dándole vueltas al asunto y ni siquiera me dí cuenta de que mi puerta estaba entreabierta. Entré cuidadosamente, saqué mi varita por si era necesario utilizarla. Al fondo de la casa se podía apreciar una diminuta luz casi apagada, con muy poco brillo. Me acerqué con sigilo, y observé un ser casi invisible, muy pequeño. Se trataba de un hada. Bien sabido por todo el mundo es que no te puedes fiar de las hadas, pues tras su aspecto angelical y dulce, guardan un corazón lleno de maldad y trampas. Pero no me dió aquella impresion esta vez, aunque no me andaría con rodeos si tuviera que matarla. Me acerqué a ella y la cogí con la palma de la mano y un leve susurro salió de sus labios; era una voz muy familiar.... casi juraría que la misma voz que me respondió en el Umbral. Quería que la siguiera, pero no me terminaba de fiar.... moví la cabeza en un gesto negativo y la saqué de la casa por una ventanuca. De repente, hubo una pequeña explosión dentro de mi casa y un humo verdoso grisaceo empezó a invadir todo el ambiente.... en cuestion de segundos, me desmayé. Desperté al rato, no sé cuanto tiempo pudo pasar; pero no me encontraba en mi lugar, estaba enjaulada; pero no estaba sola. Junto a mi jaula habia otra jaula más con el Rey del Pais de las Brujas. En ese momento, me temía lo peor. Que sorpresa la mía cuando ví aparecer por una portezuela a la pequeña Astharet, que no dudó en decirme:

- Desde el día que te ví en la tienda, sabía que me ibas a provocar problemas; y cuando te sentí fisgoneando en mi morada... supe lo que tenía que hacer contigo; no podía dejar que me estropearas mi momento.

El Rey tenía muy mal aspecto, como si le hubieran realizado voodoo o algo... ¡pues claro! el conjuro que realizaba Astharet era contra el Rey! por eso era tan poderoso lo que necesitaba. En ese momento no podía ni pensar, estaba totalmente bloqueada y las intenciones de Astharet eran clarísimas. La niña salió de la sala riendo a carcajadas. A oscuras, intenté hablar con el Rey, pero no respondía. Estaba como drogado, como si le hubieran robado el alma... y en cierto modo eso era lo que intentaba Astharet. Afortunadamente, llevaba la varita encima, ya que no se les pasó por la cabeza registrar mis calcetines; lugar donde me guardé la varita despues de sacar al hada de mi casa. Con el Rey fuera de combate y sola... me iba a resultar algo complejo salir de alli con vida, pero habia que intentarlo. En ese momento, un ejército de lucecillas iluminó la habitación donde nos encontrábamos; parecía ser que las hadas habían decidido entrar a ayudarnos y me sacaron de la jaula al instante. Intentamos abrir la jaula del Rey, pero estaba protegida por hechizos muy poderosos. No me quedaba otra que subir alli arriba y enfrentarme con la criaturita; así que me equipé con mi varita, dos pociones destructoras que llevaba en el bolsillo y, antes de adentrarme en los pasillos de su lúgubre casita, un hada me esparció un polvo extraño por todo el cuerpo. Salí en busca de la cria que se encontraba en el salón, dando paso a uno de los mas terribles rituales de la historia de la magia; acabaría fulminantemente con la vida del Rey. Lo fascinante del polvo del hada es que, temporalmente, Astharet no podía verme... así que había que actuar rápido. Me acerqué a mi bolsa, que estaba a unos metros detrás de Astharet y cogí 3 cristales de la victoria; lancé las dos pociones y Astharet se volteó y empezó a retorcerse del ardor que le provocó el mejunge. Coloqué los 3 cristales formando un triángulo, con dirección a la luna llena que inundaba todo el cielo; cogí mi varita y convoqué a los espíritus de los elementos, para que me dieran su poder y lograr enviar a esta demonia al infierno del que no debía haber salido nunca. Un rayo amoratado cayó sobre mí y me dejó en trance un instante; acto seguido logré ver como Astharet intentaba librarse del campo mágico de los cristales, intentando invertir o romper el conjuro de cualquiera de las maneras. Cuando terminé la invocación mis ojos cambiaron de color, se tornaron violetas y mi varita de un color rojizo; significaba que estaba preparada para acabar con la niña. Alcé mi varita y formulé el conjuro de victoria, que provocó que el cuerpo de Astharet ardiera en llamas mientras que la nube negrina de su alma se desvanecía en el acto. Bajé a ver como estaba el Rey pero no se encontraba en la jaula; ésta estaba abierta.... me asomé por la ventana y ví que el cielo se enclarecía. "Menos mal" - pensé. Salí de allí agradeciendo a las hadas su ayuda y estaba dispuesta a ir al castillo del Rey del Pais de las Brujas cuando.....

.....me despertaron y se acabó el sueño. Maravilloso, verdad? Bueno, para mí sí. Realmente es un mundo en el que me encantaría habitar. Espero que hayais disfrutado y vuestra imaginación haya volado mucho. Ojalá que todos los sueños fueran como este....

Bruja.